Malaquías 3:6-12
6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Introducción:
Israel era un pueblo que menospreciaba el nombre del señor, su altar, su mesa y aun de su justicia, dudando en sus corazones que no valía la pena servir y obedecer al Dios Justo, era de esperar que los israelitas no le diesen del fruto de sus recursos materiales ni de los frutos de sus cosechas. Realmente habían dejado de honrar a Dios en sus corazones y necesitaban volver a Él. El pueblo le estaba robando la Honra y la Gloria a Dios.
Así como venimos diciendo en las predicaciones anteriores, los sacerdotes estaban robando de las ofrendas, actuaban sin temor a Jehová y creían que Dios les aceptaría lo dañado, ahora Dios les estaba confrontando a los sacerdotes con esta pregunta ¿robará el hombre a Dios? Y ellos evadiendo la responsabilidad decían ¿en que te hemos robado? Querían evadir la justicia de Dios porque actuaban con hipocresía.
No solo los sacerdotes estaban robando a Dios, también el pueblo estaba robando y actuando sin temor a Jehová, fallando en todas las áreas que hemos venido mencionando, no temían a Jehová porque practicaban el divorcio, se casaban con mujeres idolatras de otras naciones, presentaban ofrendas ilegales, deshonraban el nombre del Señor, profanaban el nombre del Señor y por si eso fuera poco, estaban robando a Dios. Pero le exigían a Dios la lluvia temprana y la lluvia tardía, querían bendición para su negocio, querían bendición para su tierra a tiempo, querían bendición para el fruto de su vientre, etc. Dios en su fidelidad cumplía con sus promesas, pero los israelitas habían descuidado su compromiso con Dios y todo esto tenía molesta al Señor. Porque no querían dar de todo lo que Dios les daba.
Durante la época del profeta Malaquías, el pueblo mostraba una marcada resistencia a otorgar a Dios el lugar de preeminencia que le correspondía.
¿Cuáles son las acciones que Dios pide al pueblo que le ama?
1. Dios pide al pueblo volverse. (v6-7)
- Volverse para obedecer su ley.
- Estaban sufriendo escases porque la ley fue quebrantada.
- Se deshonró a Dios.
- Se profano su templo.
- Los sacerdotes habían menospreciado la ley.
- Volverse para recuperar la promesa de Dios.
- Volverse para no ser consumidos.
2. Dios pide al pueblo dejar de robar del diezmo y la ofrendar. (v8-9)
- Las maldiciones habían llegado al pueblo por desobedecer el pago de los diezmos y ofrendas. Deuteronomio 28:26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
- La nación entera estaba robando a Dios.
- No había alimento en su casa.
- El diezmo era una ley que Dios había dado al pueblo por medio de moisés y los profeta. Esta ley era bastante clara y Dios exigía como obediencia y en reconocimiento de la honra de Dios y también como agradecimiento a la bondad y la bendición de Dios el pago del diezmo:
- Era parte de las cosas sagradas en el templo Lev. 27.30;
- Era para los Levitas por herencia y por estatuto perpetuo Num. 18.21-24;
- Era parte de los estatutos y decretos de la ley Deu. 12.6.
- Por ser parte de la ley Dios tenía razón en decirle al pueblo que le estaban robando los diezmos y las ofrendas y exigirles a los sacerdotes y al pueblo el pago de estos.
3. Dios pide al pueblo traer los diezmos y las ofrendas. (v10-11)
- Para que haya alimento en su casa.
- Para probar la fidelidad de Dios en las finanzas.
- Para que Dios derrame bendición hasta que sobreabunde.
- Para que Dios reprenda al devorador.
- Para que el fruto del campo no sea destruido.
- Para que la vid no sea estéril.
- » He hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti». (Genesis 28:13)
4. Dios promete enviar bendición del cielo al que diezma y al que ofrenda como está escrito en la ley. (v12)
- Las naciones dirán del que diezma bienaventurado.
- Serán tierra deseable.
- Dios promete bendiciones que por ley son beneficios a los que practicaban el diezmo y la ofrenda. Deuteronomio 28
Conclusión:
No podemos pedir a Dios lo que no damos, y si damos, entregamos lo arruinado, lo enfermo, lo ciego y lo cojo, era una vergüenza ver la decadencia moral en la que Israel había caído, se habían endurecido sus corazones al grado de abandonar el culto a Jehová y los que hacían el servicio en el templo lo estaban haciendo de forma ilegal, eso tenía molesto al Señor.
Dios dio lo más preciado, lo más perfecto, lo santo, lo amoroso, lo sabio, Dios entregó a su hijo, y vergonzosamente los israelitas no podían ofrecer un cordero perfecto, no podían ofrecer un diezmo o una ofrenda perfecta porque sus corazones estaban lejos de Dios y contaminados del pecado.