Texto: Deuteronomio 32:48-50
48 Ese mismo día, Dios le ordenó a Moisés: 49 «Quiero que vayas a la región montañosa de Abarim, y que subas al monte Nebo, que está en el territorio de Moab, frente a Jericó. Desde allí podrás admirar el territorio de Canaán, que voy a darles a los israelitas. 50 »Allí, en el monte Nebo, morirás y serás enterrado, como fue enterrado tu hermano Aarón cuando murió en el monte Hor.
introducción:
Uno de los grandes errores de muchos misioneros es cruzar los brazos esperando que se abran las puertas para ejecutar su llamado, muchos se encierran en el círculo de la promoción misionera y poco a poco van perdiendo credibilidad, y es allí donde los fondos se limitan, las invitaciones a promover en las iglesias son menores y así llega el desánimo y la frustración al misionero. Dios quiere que el misionero trabaje arduamente por su visión o por el llamado que a recibido de parte del Señor a una tierra prometida, donde probablemente nunca llegue, así como sucedió con Moisés.
Las hazañas de Moisés fueron impresionantes, Dios se le apareció en medio de una zarza ardiente, realizo una serie de milagros delante de faraón, participo en las diez plagas sobre Egipto, abrió el mar rojo para que el pueblo pasara al otro lado, convirtió las aguas de mara, saco agua de una peña, venció a muchos reyes en el camino a Canaán, hablo cara a cara con Dios, recibió los diez mandamientos de la mano del Señor, juzgo a Israel, etc.
Dios había llamado a Moisés para llevar a Israel a la tierra prometida. Éxodo 3:16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; 17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. A pesar de tantas cosas que Moisés realizo en Egipto y en el camino a Canaán, Moisés no pudo entrar a la tierra prometida.
Moisés no perdió el tiempo y sirvió a Dios de todas las formas posibles que encontramos en la biblia, Moisés fue pastor, fue libertador, fue guerrero, fue maestro, fue juez, realizo milagros, etc. Dejo un gran ejemplo de servicio y obediencia a Dios en cualquier circunstancia y a pesar de todo esto, no entro a la tierra prometida, pero entro a una tierra mejor, entro a la patria celestial.
¿Qué características tenía la visión o el llamado de Moisés?
1. Moisés trabajo mucho su llamado para llegar a Canaán.
- Fueron cuarenta años en el desierto.
- Para llegar a Canaán Moisés tenía que atravesar y enfrentar a muchos reinos.
- No esperes con tus brazos cruzados a que las puertas se abran para entrar a tu tierra prometida.
- Quizás antes tu tengas que pasar por otros reinos preparando el camino a tu tierra prometida.
- No lo conviertas en un capricho, obedece a Dios, deja que Dios te guie.
- Trabaja por el llamado que Dios a puesto en tu vida.
- Vete, camina por el desierto atravesando reinos.
2. Moisés dejo el camino abierto para que Josué continuara.
- Nosotros morimos, Dios no muere.
- La visión de Moisés no era egoísta.
- Dios preparo un relevo para Moisés.
- Josué entro con Israel a la tierra prometida.
- De Moisés ni siquiera sus huesos entraron a Canaán.
- ¿Quién te va relevar en tu ministerio, esta Dios preparando a alguien?
3. Moisés no se rindió.
- Llego la frustración.
- Llego la prueba.
- Llego la guerra.
- Llego la enfermedad.
- Llego el pecado al pueblo.
- De todas estas cosas Dios libro y consoló a Moisés.
- Moisés nunca se rindió porque confió en Dios.
Conclusión:
Es tiempo que pases de la promoción al campo misionero, si las puertas en tu tierra prometida están cerradas, busca un lugar cercano donde las puertas estén abiertas para ejercer tu llamado misionero y asegúrate de dejar un camino a tu tierra prometida para que otro misionero que Dios está preparando entre por ella.